El informe es la forma expositiva que tiene como propósito transmitir la
información precisa respecto de un asunto específico. Responde a las preguntas:
¿qué?, ¿quién?, ¿dónde?, ¿cuándo? y ¿cómo? Su extensión es variable según el
fin que persiga. En la vida diaria se requiere, con frecuencia, escribir informes. El
investigador elabora informes sobre cada fase terminada de su observación; el
empleado envía periódicamente a su jefe un informe sobre sus actividades; el
ejecutivo rinde ante la dirección de la empresa el informe sobre el arresto del día;
en México, el presidente de la república rinde un informe anual de gobierno.
El informe exige, por lo general, la exclusión de cualquier juicio sobre los
hechos (los datos), y la presentación escueta y ordenada de todo aquello
pertinente para lograr la clara comprensión del asunto. En caso de que el
informe requiera, por la índole del asunto, de algunos comentarios sobre los
hechos en él asentados, éstos deberán subordinarse a los datos.
El informe, por definición, es siempre un texto expositivo con propósitos
informativos muy claros; en virtud de ello, no admite otras formas de expresión
lingüística como podrían ser la argumentación, la descripción literaria y la
narración.
Lo que distingue generalmente un informe de otro género de la comunicación
escrita, la novela por ejemplo, es que el primero comunica hechos o actividades
concretos a un determinado y concreto lector o lectores. La intención del informe
es llegar a un conocimiento perfecto de la realidad de una empresa, institución o
persona, sin que se interfieran visiones personales deformadoras.
Aunque el objetivo principal del informe es el de asegurar un mejor
conocimiento en torno de determinado problema, no debe constituir una
oportunidad para que el emisor haga una exhibición de su saber, es decir, que en
lugar de tratar de cubrir el mayor campo posible en un tiempo dado, es preferible
ayudar a quien esté dirigido a comprender y recordar los hechos e ideas que les
presente.
Ha de tenerse en cuenta que los receptores absorben mejor la información
cuando ésta tiene un interés para ellos. De ahí que el propósito secundario de un
informe debe ser el de presentar la información de modo que resulte interesante
para el receptor. De todos modos debe tratarse principalmente de que las
conclusiones del informe aparezcan claramente especificadas, además, que se
puedan entender las instrucciones impartidas a través de la comunicación si ese
fuere el caso, o que se logre asimilar el contenido de la exposición.
Un informe cumple su cometido cuando gracias a él sus destinatarios se ven
enriquecidos con una noticia o una verdad que antes no conocían. No hay
información, en rigor, más que cuando se produce, en mayor o menor medida,
este tipo de enriquecimiento, o sea, un aumento positivo de saber, conseguido
precisamente gracias a la información recibida.
VENTAJAS
La gerencia moderna ha impuesto el uso del informe escrito, que no tenía tanta
razón de ser cuando las empresas eran pequeñas y los procesos industriales
menos complejos que en la actualidad. También su uso está extendido, y por las
mismas razones, en las agencias públicas, centros de investigación,
organizaciones sindicales y cooperativas, instituciones culturales, y en general
donde quiera que hayan de emitirse comunicaciones en las que se faciliten datos,
situaciones, desarrollo y apreciaciones sobre un tema determinado asunto. Entre
las ventajas que pueden señalarse a los informes, destacamos las siguientes:
• Son muestras del trabajo que se ha efectuado.
• Se consideran como archivos esenciales de ese trabajo.
• Pueden servir de base para tomar decisiones.
• Proporcionan, a quienes se han de aprovechar de los mismos para tomar
una decisión, la oportunidad de estudiar su contenido cuando más cómodo
les resulte y en el momento que lo deseen.
• Pueden leerlo más personas y al mismo tiempo.
• Permiten al nuevo personal consultar los ejemplares que abren en los
archivos.
• Contribuyen al prestigio de una persona o agencia.
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